Este es un tema es muy discutido.
Empecemos definiendo el área. Criptoactivo es un término general para referirse a activos digitales, utilizando criptografía, una red peer to peer, y un libro contable público. En este contexto nos interesa el subgrupo de criptomonedas, porque tienen el objetivo de ser medios de intercambio de valor (por ejemplo Bitcoin o Litecoin). Otro subgrupo es el relacionado con contratos inteligentes y finanzas descentralizadas (DeFi), como por ejemplo Ethereum.
De todos los criptoactivos, los que más interés tienen son Bitcoin y Ethereum (seguimos la norma habitual de escribir la inicial mayúscula cuando nos referimos al protocolo y a la red en su conjunto, y la inicial minúscula cuando nos referimos al token en sí).
Bitcoin
De todas las criptomonedas, la que más interés tiene es el Bitcoin. Es la que tiene la mayor posibilidad de triunfar, gracias a que ya cuenta con un efecto red, con muchos usuarios y proyectos. Al fomentar la seguridad frente a la escalabilidad, Bitcoin ha evolucionado hacia competir con el oro como almacén de valor en vez de ser un medio de intercambio, ser un «oro digital».

Bitcoin es un activo real que no es el pasivo de nadie. Es similar a como ha sido históricamente el oro o la sal. No es la deuda de otro, como es el dinero fíat.
Bitcoin tiene varias propiedades muy positivas: permite a una persona ser su propio banco, cruzar fronteras con sus ahorros, tener ahorros inconfiscables, y (se supone) protegerse de la inflación. Algunas propiedades hacen al bitcoin incluso mejor que el oro, como poder subdividirlo casi indefinidamente, y poder esconderlo sin ocupar espacio en una caja fuerte.
Las características que hacen a Bitcoin único con respecto a las demás criptomonedas son:
- No hay un CEO, presidente, o líder carismático. Satoshi Nakamoto es el pseudónimo que usó el creador de Bitcoin, pero no se sabe quién era, ni siquiera si era un grupo de personas. Solo conocen sus textos online y que dejó de escribir en 2010. Esto evita que se pueda atacar al proyecto a través de la persona vía difamación, chantaje, violencia, etc.
- No hubo pre-minado. Esto es, nadie que quedó con parte de los tokens y puso a la venta el resto. Esto evita que alguien sea rico en el proyecto desde el principio, como sucede con tantos ICOs. De hecho, los bitcoins que se cree que pertenecen a Satoshi Nakamoto, por ser los primeros que se minaron, nunca se han transferido.
- El medio de validación de transacciones, la prueba de trabajo (Proof of Work, PoW) es muy seguro porque está basado en energía y no en software.
- Es la criptomoneda con mayor liquidez.
- Su política monetaria es clara y está fija. Es abiertamente deflacionaria a largo plazo.
En los países ricos las instituciones financieras funcionan razonablemente bien, por lo que el interés por bitcoin es menos acuciante. Sin embargo en los países en desarrollo los ciudadanos no se pueden fiar de sus instituciones. En este caso las criptomonedas pueden ser útiles a sus ciudadanos, porque permiten escapar del país cruzando fronteras con todos los ahorros en el bolsillo, o simplemente sobrevivir una hiper-inflación.
Sin embargo, hay dos grandes críticas al bitcoin como inversión:
- Hay una gran componente de especulación en el precio de bitcoin, por lo que tiene una gran volatilidad.
- Al igual que el oro, no es un activo productivo, no genera ni dividendos ni interés.
Por otro lado, hay documentación de fuentes solventes que argumentan a que bitcoin puede entrar a formar parte de una cartera diversificada con un pequeño porcentaje. Esto se justifica porque:
- Las valoraciones de otras clases de activos (acciones, bonos) están muy caras. Por tanto, por comparación, bitcoin sería aceptable.
- Por otro lado, bitcoin compite con los bonos gubernamentales como protección contra las crisis, y la más que probable burbuja en la deuda pública convierte a bitcoin, por comparación, en una opción razonable.
- La correlación entre bitcoin y otros activos (acciones, bonos) es casi nula, por lo que una cartera mejora al incluir un poco de bitcoin.
Veamos algunos documentos que argumentan a favor de incluir bitcoin en carteras:
- El artículo de The Economist, titulado Why it is wise to add bitcoin to an investment portfolio, explica que el gestor de Hedge Fund Paul Tudor Jones dice poseer un 5% de bitcoin en su cartera personal, lo que nos da una idea de lo esperable. E indica que tomando datos históricos, carteras con entre un 1% y un 5% de bitcoin fueron mejores que carteras similares sin bitcoin (medido como mejor relación rentabilidad/riesgo, mejor ratio de Sharpe).
- El artículo The case for cryptocurrency as an investable asset class in a diversified portfolio, por Morgan Stanley, recomienda «no más de un 2.5% de la cartera en bitcoin». Su argumento es que gracias al efecto de diversificación, mejora el ratio de Sharpe de la cartera total.
- La presentación Bitcoin, crypto and digital currencies de Morgan Stanley proporciona una exhaustiva descripción de bitcoin como inversión.
- El artículo Bitcoin Investor Guide argumenta que se puede estimar el valor de bitcoin, y que tiene sentido incluirlo en la cartera, a un nivel del 2% del total invertido.
A día de hoy nadie puede asegurar el futuro de bitcoin. Incluirlo en la cartera y hacer rebalanceos es peligroso, porque en el caso hipotético de que el precio de bitcoin cayera a cero, si seguimos rebalanceando, la cartera entera se iría a cero también ¿Cómo se evita este riesgo? O bien extraemos bitcoin de la cartera de inversión, o bien lo incluimos en una proporción pequeña y con rebalanceos poco frecuentes.
Posiblemente lo mejor sería dejar bitcoin fuera de la cartera, que no fuera un componente a rebalancear. Desde la perspectiva de Harry Browne, podría formar parte de la «cartera variable», como una parte minoritaria de sus inversiones que puede aceptar perder si algo va mal, que son especulativas. El 5% de sus inversiones, por ejemplo. Y el grueso de su inversión la mantiene en una cartera bien establecida, como por ejemplo la Cartera Permanente. Esta opción tiene sentido si aceptamos el relato de la comunidad bitcoin, según la cual es una especie de «seguro» en caso de colapso de las monedas fiat, en caso de quiebra de los estados, en caso de catástrofe del sistema financiero, porque puede actual al margen de todos ellos.
Como se ve, aquí «riesgo» es la posibilidad real de perder la inversión, a diferencia de la teoría de carteras donde riesgo se asimila a «volatilidad».
En el caso de las criptomonedas, la frase obligada por regulación «rentabilidades pasadas no indican rentabilidades futuras» es especialmente cierta porque la historia de las criptomonedas es muy corta.
Ethereum
Ethereum es un criptoactivo que también puede tener interés como parte de una cartera. Es el segundo criptoactivo por capitalización, detrás de bitcoin.

Al bitcoin se le suele llamar el «oro digital» (digital gold), y por comparación al ethereum se le suele llamar el «aceite digital» (digital oil) porque es la base de DeFi y los contratos inteligentes.
El estado inicial de ethereum lo hacía poco atractivo como inversión porque era una moneda muy inflacionaria. Pero ethereum está evolucionando hacia Ethereum 2.0 (previsto para 2022). Esto trae consigo varios cambios fundamentales:
- El método para validar transacciones está cambiando a PoS (Proof of Stake) en vez de PoW (Proof of Work). Este cambio tiene la ventaja de ser mucho más eficiente en el gasto energético, aunque trae consigo riesgos como excesiva centralización, y privilegiar a aquellos que ya poseen ethereum.
- Se espera que Ethereum sea capaz de gestionar más transacciones por segundo.
- El token de ethereum va a ser ligeramente deflacionario, como bitcoin. Pero la política monetaria de Ethereum no es comparable a la de Bitcoin, Ethereum no intenta atesorar valor.
Si estos cambios finalmente se implementan, harían de ethereum un criptoactivo excepcional, porque igualaría a bitcoin en algunas características críticas (por ejemplo ser deflacionario), pero mejoraría bitcoin en otras características (menor gasto energético, capacidad de contratos inteligentes).
Ethereum es la base de muchos proyectos de contratos inteligentes (ver un listado de proyectos de contratos inteligentes en DeFi Pulse). Si cumplen su promesa de proporcionar finanzas a nivel global con transparencia, seguramente los ciudadanos acabaremos usándolos, aunque sea de manera implícita a través de empresas que proporcionen servicios y que estén implementadas con DeFi.
De entre los desarrollos interesantes está el que ciertos criptoactivos permiten recibir interés por una inversión. Por ejemplo staking ethereum, proporcionando liquidez a Decentralized Exchanges como Uniswap, o proporcionando fondos para préstamos digitales. Esto es, proporcionar rentas (en criptoactivos).
Hay cosas que las criptomonedas hacen muy bien, y no está claro que las finanzas tradicionales puedan competir: por ejemplo las micro-transacciones (transferencias de fondos infinitesimales), y las finanzas usando contratos inteligentes y bienes «tokenizados».
Para un estudio sobre el interés de ethereum como inversión, ver Ethereum Investor Guide.
Notas Finales
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Recuerde que la inversión implica riesgo y podría llevar a la pérdida de lo invertido. No somos asesores financieros, nada de lo que hay aquí escrito es una recomendación de compra de un producto determinado. En este post no hay enlaces de afiliados.